Me gusta publicar las virtudes de mi
ciudad o de los sitios que visito. Soy de las que ante las
adversidades ven con más frecuencia la botella medio llena, en lugar
de medio vacía, mas en esta ocasión no tengo otro remedio que
criticar la desidia, el abandono en el que se encuentra la carretera
de Sevilla en el trayecto que transcurre entre la rotonda que da
acceso a Los Montitos y el puente del Rivilla con la autovía que
cruza Badajoz. Entrada, mientras no se haga el quinto puente, de toda
la zona sur de la provincia, de los residentes en Andalucía
occidental y de cuantos quieran llegar a Portugal por Elvas o al
centro comercial, bastión de nuestra región, con tan significativo
nombre de El Faro. El trayecto referido, de algo menos de un
kilómetro se encuentra en su parte central ajardinada lleno de
jaramagos, en las aceras, han desaparecido desde hace años, más de
cuarenta árboles, encontrándose los alcorques solo con la tierra
que los sostenía. Los árboles que se encuentran en pie, algunos tan
inclinados hacia la zona de los viandantes, por haber sido guiados a
merced del viento, que tienes que desviarte para no chocar con el
tronco que se interpone en el camino. Los que han tenido la suerte de
mantenerse en pie, se encuentran asfixiados en su base, ya que el
alcorque es demasiado pequeño para el tronco y tienen levantadas las
baldosas de las aceras en su proximidad. Los botones de los semáforos
para los peatones en los pasos de cebra no funcionan o han
desaparecido. De las papeleras, solo quedan los tubos que las
sujetaban. Desde tiempo inmemorial hay varios agujeros en el suelo
por averías, uno de ellos con protección de una valla de la
policía, donde han crecido ramas de un metro de altura. No existe
valla de protección entre las aceras y el campo colindante con
desniveles de más de un metro en uno de sus márgenes. Las
edificaciones abandonadas, ejemplo más significativo, lo que fue la
venta San Gabriel, más bien parece que nos encontremos en un país
devastado por un ataque nuclear. Paseen sus concejales por la ciudad.
No todo es hacer jardines nuevos, también hay que mantenerlos. Por
Dios, que esto también es Badajoz.
Antonia Marcelo
Publicada por el periódico HOY el 21-9-15
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