martes, 26 de junio de 2018

CAMINANDO DÍA A DÍA


                                                     Pingüinos en Cabo de Buena Esperanza (Cape Point)

Único fin en la vida es ser feliz.

Ya lo sé que tiene muchos matices, pero de qué nos ha servido la vida si se es desgraciado. No siempre, en todo momento vamos a estar disfrutando en plenitud. Se puede ser feliz ante la dicha de lo que te rodean; preparando el camino (Ítaca es piedra y agua) que te lleva a un futuro mejor; recordando un tiempo pasado que ya no volverá, o sea, que no solo seamos felices al alcanzar los objetivos deseados sino en la resolución de los mismos. Sentirse a gusto con uno mismo es la mejor manera y para ello, irremediablemente, se necesita: trabajo y esfuerzo. Por lo que pienso como en la Odisea que lo importante en la vida no es el destino sino el camino.
El faro de Buena Esperanza, también llamado Cabo de las Tormentas, a 250 metros de altitud, tenía el inconveniente que a menudo,  su luz se ocultaba por las nieblas y las nubes. El peligro se confirmó con la tragedia  del buque portugués de pasajeros (1911) Lusitania, que chocó contra Bellows Rock. a 4 millas del Cabo de Buena Esperanza.







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