domingo, 29 de enero de 2017

VISITA CULTURAL A CASTELO DE VIDE









Con el fin de conocer mejor nuestra ciudad, Badajoz, el pasado curso 2015-2016 el Programa de Mayores desarrolló un monográfico titulado BADAJOZ A FONDO, que tiene continuidad con el actual de LAS FRONTERAS Y LOS HOMBRES. Está impartido en el primer cuatrimestre por los profesores Miguel Ángel Melón y Moisés Cayetano Rosado, dos conocidos expertos en la materia que están ilusionando con el tema a los más de doscientos alumnos que siguen sus clases en el salón de actos de la Facultad de Educación.

Para refuerzo de lo estudiado, el 10-11-16, tres autobuses condujeron a 166 alumnos a visitar parte de la red de fortificaciones Luso-Española más cercana a nuestra ciudad y que se encuentran en un paraje de extraordinaria belleza del Alentejo portugués. Estas fueron: Las notables villas de Castelo de Vide y Marvao.
Enorme sorpresa produce la visita primera a Castelo de Vide cuando te adentras en su patrimonio histórico, arquitectónico y cultural que, con sus recursos humanos, hacen de ella un gran centro turístico. Desde el castillo que construyó Alfonso Sanches en el siglo XIII, se percibe un basto territorio plagado de ermitas, capillas y blancas casas de un tipismo inconfundible, de teja árabe a semejanza de las de nuestros pueblos de Extremadura, entre las que emergen orgullosas las dos torres con campanario del mayor templo del Alentejo, la Iglesia Matriz de Santa María da Devesa.



Sus calles empinadas, bien provistas de floridos rosales que recorrimos para alcanzar el punto más alto,está separada visiblemente del castillo de la villa que floreció en el siglo XV. Sorprende continuamente su pasado de comunidad Judía, la sinagoga, los arcos de granito de las puertas donde toman el sol sus más longevos habitantes y el silencio que se respira, a menudo, sobrecogedor cuando te alejas en cualquier esquina del bullicio que precede al grupo de alumnos y turistas que transitamos la villa, entusiasmados con la carga histórica que percibimos, ante el testimonio de una etapa, donde se confunden la herencia cristiana y judaica.
El granito, como no podía ser otro el material utilizado en la construcción de sus monumentos y empedrado de las calles, es de singular belleza, resaltada por el magnifico sol que nos acompañó dando un característico cromatismo a la piedra.
A la entrada del castillo, una gran losa recuerda a uno de sus más ilustres hijos: Fernando José Salgueiro Maia (1944-1992), capitán del ejercito portugués que lideró las fuerzas militares en la Revolución de los Claveles. Salgueiro era hijo de ferroviario, sintiéndose la villa y Portugal muy orgullosa de tan ilustre militar.
La zona amurallada del castillo medieval,es una de las piezas claves del conjunto de los 1.300 kilómetros de frontera que denominamos La Raya, está muy bien conservada, consistente y de enorme resistencia, destaca el patio de armas donde se conserva un centro de interpretación y un museo de reproducciones de los instrumentos utilizados por la Santa Hermandad. Lo más destacado desde sus dos espectaculares torres, auténtico testigo de la historia, es el paisaje que se divisa: el verde de la vegetación se mezcla en el horizonte lejano con el azul del cielo, infinito en la lejanía, dominando la pacifica convivencia de los dos lados de la frontera.



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