El río Guadiana a su paso por Badajoz
Sorprendente
artículo del miércoles 28-12-16. Yo pensé en la inocentada del
día, donde la nueva defensora del paciente del SES, Eva María
Molinero, resuelve de un plumazo, o sea, con más plantilla en su
oficina, el problema de las reclamaciones que han pasado en un corto
periodo de tiempo de 254 en 2004, a 2.669 en 2014, donde le preocupa
considerablemente no poder publicar las memorias a tiempo y la
actualización de la web.
Claro
que sí, que su oficina funcionaría mejor, pero el problema no está
en su oficina. El problema de los pacientes ciudadanos que tiene que
arreglar está en otro lado, porque las quejas y reclamaciones no son
porque esa oficina no funcione por falta de personal, está en las
consultas cerradas y en los servicios sucios carente del más mínimo
material higiénico. El aumento de reclamaciones justifica que son
estos insignificantes asuntillos los que no se resuelven, que no se
atiende a su debido tiempo al paciente paciente, que una y otra vez,
como su nombre indica, pacientemente, acude a una puerta de consulta
cerrada y sin rechistar se vuelve a su pueblo para volver de nuevo
pasado un tiempo a encontrarse con la misma puerta cerrada, y es
entonces cuando se le hincha las narices y hace la reclamación que
es contestada pacientemente con unas bonitas palabras de que tenga
Ud. paciencia.
Invito
a Eva María Molinero a leer mi escrito sobre el estado y atenciones
recibidos en el Hospital Infanta Cristina de Badajoz del pasado 4 de
diciembre titulado Engaños en el Infanta y me dirá si el problema
está en el aumento de personal de su departamento. Hacer las cosas
bien no requiere más mano de obra sino una mayor conciencia del
cumplimiento del deber.
Antonia Marcel
Publicado en el periódico HOY el 30-12-16
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