lunes, 22 de junio de 2020

IMÁGENES



                                 Edificio metálico hoy en el Campus Universitario

Con todo el cariño acumulado en los recuerdos de mi infancia, vuelvo a recorrer las antiguas calles de mi ciudad camino del mercado. Acompaño a mi hermana mayor que me había acogido en su casa para que estudiara. Recuerdo los pasos rápidos hacia el mercado de la Plaza Alta, el olor a manzanas maduras mezclado con los de las carnicerías y todo tipo de artículo comestible que se vendía en aquél original edificio metálico. La algarabía infantil agarrada a las faldas de su madre y las voces de los vendedores que pregonaban sus productos recién traídos de los pueblos colindantes. Una postal rancia de los años setenta, que por arte de la superación de sus gentes hoy ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos.
De aquella plaza, por arte de magia, había desaparecido todo vestigio de su arquitectura original tapado por el edificio metálico, que se mantuvo regio en medio de la plaza durante setenta años, anulando las casas consistoriales, los arcos mudéjares, las casas coloradas o la plaza San José.
Todo aquello en los días cálidos se me presenta en blanco y negro, detenido en el tiempo como el sol en la cima de una montaña, lejana, luminosa, cálida y placentera, guardando el equilibrio a la espera de volver a vivir la algarada de aquellos día de alegre visita al mercado.
Antonia Marcelo 22-06-2020

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