Que
Isla Cristina es una ciudad fundada por comerciantes catalanes y
levantinos que vinieron a comerciar con los pequeños pesqueros que
había en esa zona, ya lo he comentado anteriormente, pero nada como
hacer pequeñas indagaciones para descubrir otras incursiones más
extrañas aún cual fue la del espía alemán gerente de las salinas
que se producen entre el Pozo del Camino e Isla Cristina y que este
material, a pesar de la cantidad de salazón que se produce, era
enviado a Alemania. Estas salinas artesanales producen una flor de
sal de exquisita calidad y propiedades terapéuticas, siendo
visitada sus instalaciones para tomar baños de sal y de paso ver los
flamencos rosas que deambulan por los alrededores. La curiosidad de
ver estos flamencos mientras comen los crustáceos, algas y bacterias
que forman la base de su dieta y que les proporciona el
característico color, explica que pasen el día recorriendo este
paraje natural y que al anochecer los veamos surcando los cielos
camino de la marisma de Huelva, donde pasan las noches.
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