martes, 16 de abril de 2019

LA PIEDRA SECA, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD



                                                    Alconchel, cerca de piedra seca
El arte no consiste solamente en grandes y hermosas construcciones, artísticas pinturas, esculturas o  románticos versos. En ocasiones, lo encontramos en lo más humilde y primitivo que el ser humano  necesitó en el momento en el que dejó de ser nómada para asentarse en un terreno donde cultivar alimentos y protegerse, tanto su familia como los animales, sus chozas, casas y cercas. Por ello siempre se han suministrado de los materiales que tenían más a mano.


                                                           Masáis del rió Mara en sus casas 
Los masáis de Kenia utilizan para construir sus cercas y protegerse de fieras, un tipo de planta que rodea sus asentamientos  y que por la aspereza de sus hojas y el olor que despide ahuyenta a cuanto animal salvaje se acerca, en ellos a forma de redil conviven con sus vacas y familias.



En otros extremos de la tierra y sin ir muy lejos, en Extremadura, se han utilizado las chumberas, que además de evitar el paso de extraños, normalmente en huertas, nos ha proporcionado un exquisito fruto.
Pues ahora la UNESCO se ha fijado en una de las técnicas que se viene utilizando desde la prehistoria en todo el Mediterráneo, y que en nuestra tierra podemos encontrar nada más salir a dar un paseo por el campo, se trata de la PIEDRA SECA, a la que ha considerado dedicarle el más alto galardón de las artes, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

                                                                Cerca en reparación con piedra seca
Piedra seca es un nombre poco utilizado para una cerca y que jamás el paisano que las amontonaba, porque le iban estorbando para labrar la tierra, debió pensar que su trabajo llegaría a ser un arte, pero sí sabía que evitaba el corrimiento de las tierras, la separación con la cerca del vecino y la distribución del pasto para los animales que cuidaba. También podía protegerse de posibles riadas, lluvias intensas o calor extremo. Para todo ello, solamente tenía que, mientras pastaba, ir colocando cuidadosamente una piedra encima de otra con la precaución de que encajaran como un puzle sin necesidad de ningún tipo de argamasa.

                                                             Majanos en Sierra de Alor
Estas construcciones pertenecientes al hábitat rural, nos ofrece en nuestras salidas al campo muy diversos y bonitos paisajes que atraen nuestra atención por su singularidad, como ocurre con los majanos que encontramos en la Sierra de Alor, sin que lleguemos a pensar que han sido necesarios muchos siglos para mantener este arte vivo y que aún siga siendo disfrutando por el ser humano.  

    








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