Los escenario de episodios bélicos en la actualidad, parece quedarnos muy lejos, imágenes solo al alcance de periodistas aventureros o arriesgados voluntarios que se adentran en lejanos ambientes, hoy más familiarizados a nuestra vista con películas de hechos históricos de un tiempo lejano, pero que aún permanecen entre nosotros y desconocemos.
La visita que hemos realizado los alumnos de la Universidad de Mayores, organizado por AUMEX a Belchite, nos ha dejado una profunda huella. Por nuestra edad, estos episodios habían correspondido y vivido por nuestros padres y los que acudíamos a una excursión pintoresca, quedamos impactados por los hechos que allí nos fueron relatados y por los que la curiosidad nos llevó después a indagar en los ellos.
Este pueblo aragonés quedó totalmente destruido tras un asedio de 14 días -24 de agosto al 4 de septiembre 1937- muriendo unas seis mil personas. En la plaza del pueblo se amontonaban los cadáveres y ante la imposibilidad de poder enterrarlos fueron quemados para evitar la propagación de enfermedades y malos olores.
Los bandos opuestos se refugiaban en los altos de las iglesias disparando a cuanto se movía. La destrucción que originó este lugar de los horrores, como lo califican los que quedaron vivos, entonces unos niños, los fuimos recorriendo entre un sentimiento de terror, respeto y rabia contenida.
Salimos de allí con el convencimiento de que este lugar ha de ser conservado y dado a conocer, servir de reflexión para nuestros descendientes como ejemplo de lo que nunca más ha de ocurrir. No queremos que sea conocido como escenario de películas de fantasía o videoclips de cantante de moda, sino como lugar de respeto a los que defendieron sus ideales sean del color que sean.
En las fotografía, es apreciable la importante arquitectura mudéjar de un pueblo entonces próspero. Conventos, tiendas, casinos, fuentes, edificios público y un sin fin de casas que han quedado desnudas para vergüenza de la naturaleza humana.
" Nunca más un enfrentamiento entre hermanos"
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