Y
por qué no. Si Ud. ni Ud. saben que la arena es blanca y acaricia mi
cuerpo. Que la brisa es silenciosa y mece la sombra como la madre
mueve la cuna de su bebé recién nacido. Que el sol que dora los
cuerpos mueve el mundo y hechiza las mentes de los que sueñan. Ay,
si vieras la playa desde ese punto donde no existe más que el
infinito entre tú y el horizonte, y en medio el mar azul lleno de
vida oculta y pasajes de la historias aun no descubiertas; de bellos
peces de colores que recorren las costas y se duermen con las
estrellas; de caracolas que llaman de madrugada a las sirenas, sí,
esas que nadie ve y con las que todos sueñan; de barcos con
intrépidos piratas que sobre las olas fantasean conquistas de islas
desiertas. Ay. Si tu vieras los destellos de sol sobre espuma de olas
rosas cuando en la tarde se aleja...
sábado, 3 de septiembre de 2016
jueves, 1 de septiembre de 2016
CUADERNO DE BITÁCORA
Día 1 de agosto 2016
No eran las mejores condiciones para ponerse en marcha. Tal vez lo mismo pensarían los de la Armada Invencible si hubieran tenido los medios de previsión meteorológica de la que disponemos hoy. Faltaban solo dos horas para la pleamar y las altas temperaturas que arrastra el levante no eran las idóneas para una incursión-excursión por la playa. Desde luego que mi viaje no estaba previsto llegar a las Islas Británicas, me quedaría, si la marea me lo permitía, a una hora de Isla Cristinas, objetivo que todos los veranos me marco por esta orilla sin par de dunas y fina arena. Pero los agentes meteorológicos no me lo han permitido. Naturalmente, un 1 de agosto con las altas temperaturas sufridas recientemente pusieron en marcha hacia la costa muchos millones de desplazamiento y, todos estaban concentrados en los tres metros que más se aproximaban al mar. Había de salvar tantas dificultades que en cualquier momento se me planteaba la vuelta atrás. Era necesario sortear continuamente todo un equipo de intrépidos excavadores, surfistas, navegantes, y vendedores de todo tipo de artilugios que la misión resultaba altamente peligrosa. Decididamente no era el día más apropiado para mi excursión a Isla Cristina, como tampoco fue apropiado para la Armada Invencible su puesta en marcha en condiciones adversa, por lo que habría de volver y empezar otro día.
Día 2 de agosto 2016
Hoy volveré a intentarlo. Después de todo en este mar no hay lobos, tampoco náufragos aferrados al mástil que quedó en el naufragio de su embarcación flotando en la orilla. Si acaso alguna botella de plástico abandonada en la playa por algún descuidado bañista. La presión atmosférica hoy es de 1017mb. Al parecer ésta influye en la pesca y hoy los datos son muy favorables. Los cambios rápidos de presión la favorecen y como la siguiente bajamar de hoy será a las 22:09, se dan las condiciones perfecta para mi incursión-excursión rumbo a Isla Cristina. Tengo toda la tarde para ello. Veré el sol de poniente rojo amapola alejarse entre las dunas, la luminiscente espuma de las olas acariciar la playa bajo los pies y el ocaso en el horizonte surcado por los pesqueros faenando con sus aparejos y destellantes luces de colores.
3 de agosto 2016
Hoy la voz se me ha llenado de cieno.
La sangre se me ha vuelto agua.
Este mar no tiene ojos.
Esta vida no tiene alma.
La luz de los vivos ya no alumbra.
Esta playa es pereza.
Esta boca ya no reza.
Esta fauna está inerte.
El vientre de las madres se revuelve,
los perros se esconden en madrigueras
y los árboles no dan sombra a los corderos.
4 de agosto 2016
Hubo un tiempo en el que
me preguntaba por qué la expedición de Colón partió de Moguer y
no de Isla Cristina, teniendo esta el mejor puerto natural de
Andalucía, encontrándose, además, en zona más occidental para la
partida y buen gobierno de las naves. Pues la explicación resulta
muy sencilla, por entonces Isla Cristina no existía ya que los
primeros pobladores se asentaron en esta zona a principios del XVIII.
Eran comerciantes levantinos los que comerciaban con los pescadores
dejando un guarda, José Faneca, que se instaló junto a un pozo que
tenia una higuera, empezando a llamarla Isla de la Higuerita. Fueron
unos catalanes y valencianos tras el terremoto de Lisboa en 1755 los
que tras la destrucción de la zona, se asentaron definitivamente,
por lo que son considerados los primeros pobladores. El nombre
definitivo le fue otorgado en honor a la Regente Cristina de Borbón
en 1834 por petición popular. ¿Curioso verdad? Esperemos que no se
contagien los isleños de la política catalana y reclamen también
la independencia de esta pequeña lengua de tierra adentrada en el
mar y tengamos otro Gibraltar en la costa occidental andaluza.
FLAMENCOS EN LAS SALINAS
Que
Isla Cristina es una ciudad fundada por comerciantes catalanes y
levantinos que vinieron a comerciar con los pequeños pesqueros que
había en esa zona, ya lo he comentado anteriormente, pero nada como
hacer pequeñas indagaciones para descubrir otras incursiones más
extrañas aún cual fue la del espía alemán gerente de las salinas
que se producen entre el Pozo del Camino e Isla Cristina y que este
material, a pesar de la cantidad de salazón que se produce, era
enviado a Alemania. Estas salinas artesanales producen una flor de
sal de exquisita calidad y propiedades terapéuticas, siendo
visitada sus instalaciones para tomar baños de sal y de paso ver los
flamencos rosas que deambulan por los alrededores. La curiosidad de
ver estos flamencos mientras comen los crustáceos, algas y bacterias
que forman la base de su dieta y que les proporciona el
característico color, explica que pasen el día recorriendo este
paraje natural y que al anochecer los veamos surcando los cielos
camino de la marisma de Huelva, donde pasan las noches.
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