SOÑADORES
DE LUNAS
Habla el Presidente Nixon:
— Hola Neil y “Buzz”', les estoy hablando por teléfono desde el Despacho Oval de la Casa Blanca seguramente ésta sea la llamada telefónica más importante jamás hecha, porque gracias a lo que han conseguido, desde ahora el cielo forma parte del mundo de los hombres y como nos hablan desde el Mar de la Tranquilidad, ello nos recuerda que tenemos que duplicar los esfuerzos para traer la paz y la tranquilidad a la Tierra. En este momento único en la historia del mundo, todos los pueblos de la Tierra forman uno solo. Lo que han hecho los enorgullece y rezamos para que vuelvan sanos y salvos a la Tierra.
Armstrong contesta al Presidente:
— Señor Presidente, para nosotros es un honor y un privilegio estar aquí. Representamos no solo a los Estados Unidos, sino también a los hombres de paz de todos los países.
Puesta de sol
Es muy probable
que cuando los astronautas Armstrong y Aldrin caminaran por la
superficie de l
a luna, miraran hacia la tierra y pensaran que hay
varios tipos de personas: los listos, los tontos y los soñadores. Y
he aquí que un grupo de estos ultimo, los “soñadores”,
decidieron visitar la luna, pero no la que está tras el jardín de
casa, la que por las noches de luna llena juega al escondite con la
cortina del dormitorio. No. La luna de verdad, la que pintan en los
cuadernos de la escuela los niños con fantasía, lunas con ojos que
parpadean, con fondo de montañas verdes, árboles, nubes, luceros,
conventos derruidos, castillos con princesas y casas donde duerme el
hombre lobo.
Grupo de caminantes de la Universidad de Mayores
El grupo había
decido abandonar la comodidad del hogar para visitar la "Señora" de las
fantasías. Tras el alunizaje, dejaron sus naves en lugar seguro y se
adentraron en la espesura de la dehesa rodeada de encinas,
alcornoques y alguna que otra manada de vacas atentas a tan extraños
seres, que como única protección contra los posibles enemigos que
pudieran encontrar, portaban un cayado, una esterilla y una mochila
de provisiones para un tiempo indeterminado.
Empezaba a aparecer "La Señora"
Tras una larga
caminata, con algunas bajas por lo el mal estado del terreno, guiados por la "Señora", el
grupo se iba extendiendo por el camino, lo que más bien, a esas
altas horas de la noche, parecía un grupo paramilitar con guisas de
camuflaje, que intentaba hacer alguna fechoría, por lo que los
extraños habitantes del lugar decidieron hacerles frente bien
pertrechados por un vehículo Pick-up que conducía a toda velocidad y
de la que descendió un "bulldog" con cuerpo humano. Tras una corta
conversación con tan extraños seres, aclaradas las buenas
intenciones de que solo era un camino para visitar el convento que
extrañamente se encontraba en los aledaños, el "bullgog" concedió el
permiso pertinente para continuar andando, no sin antes demostrar
sentirse aliviado al comprobar que ni el ni sus cachorros corrían
peligro.
Avanzó el
grupo, esta vez sí, un poco más organizado por vereda de zarza y
canchales cuando ante nuestros ojos aparecieron unas extrañas
edificaciones de épocas tan diferenciadas como debieron ser los
habitantes que los poblaron; un convento derruido, del que solo
quedaba elevadas paredes negras sin protección alguna, como altos
gigantes en guardia perpetua; a escasos metros, una casa de época
indeterminada, decorada por una puerta de herradura, con rejas de
hierro rematadas con cruces y dos arriates en el porche, que sin
explicación alguna, lucían espléndidos gladiolos. Lindando con
ella un pequeño castillo almenado sin ventanas ni puertas, lo que
daba la impresión que en cualquier momento podría aparecer algún
extraño ser que lo habitara, con capa y espada.
"La Señora" en el su más deslumbrante momento
El relincho de
un caballo fue lo más romántico del lugar. Tal vez éste estuviera
atado en algún árbol colindantes y fuera de algún caballero que
estuviera refugiado en el castillo con alguna dama raptada, porque
irremisiblemente; en la casa tenía que vivir una bruja y en el
convento, por fuerza, estaba habitado por fantasmas.
Gladiolos
En efecto, una
vez instalados en el porche, para dar cuenta de las viandas,
dispuestos a contemplar “el Mar de la Tranquilidad” donde habita la "Señora",
no tardaron en aparecer los fantasmas, en esta ocasión camuflados de
guardas de la finca, acompañados de dos mastines y un caniche que
contentos de ver a alguien por aquellos lares, movían el rabo en
señal de bienvenida y no se apartaban de sus dueños, para dar
miedo, como era lo que ellos pretendían. No era así lo que
manifestaba la guarda-fantasma que se empeñaba en saber el
motivo de tan extraña visita a un lugar tan inhóspito y a altas
horas de la noche, que, ante la respuesta de los visitantes que el
motivo era “ver la luna”, a poco que le da un ataque de ira,
argumentando si donde vivían ellos no había tan común satélite.
Pues no
señora, donde nosotros vivimos la luna, no tiene ojos, ni montañas,
ni grillos, ni ranas, ni conventos, ni castillos, ni fantasmas.
Solo me queda
una duda. ¿Qué hacían allí aquellos enormes gladiolos?
Choni Rubio, la organizadora del evento feliz ante tan espléndido panorama
REFLEXIÓN DE CHONI RUBIO
EN REFERENCIA AL ARTÍCULO " S O Ñ A D O R E S D E L U N A S "
Si te interesa saber si descubrimos qué es lo que intentas transmitir, mi opinión es , en primer lugar, que si te pones a escribir con responsabilidad eso implica el respeto que nos tienes.
Si crees que merecemos tu reflexión de horas tenemos que considerarlo como una deferencia que conmueve.
en la primera parte, la luna es considerada como algo distante e inaccesible, algo que sólo los privilegiados pueden disfrutar, pero tú proclamas que la luna es nuestra, de los sencillos.
A veces consideramos que ALGO es privativo de un sector de la sociedad, pero hay múltiples maneras de gozar de la vida, el secreto radica en la actitud, la pasión , el entusiasmo...
Creo que quieres transmitirnos que las satisfacciones están a nuestro alcance y salir a su encuentro es una forma de pasar por este mundo.
Parafraseando: "Si la ilusión es con nosotros, quién contra nosotros". Las cosas están más a nuestro alcance de lo que creemos. La mayoría de las veces es el miedo quien nos pone vallas, cancillas, techos...
Nos llamas "soñadores". Tenemos un vínculo, una afinidad que tiraba de nosotros hacía ese enclave, hay una confianza en que la oferta puede valer la pena y esa confianza está basada en que creemos que lo que nos ofrecen ha sido intelectualmente parido con toda la intención de no defraudar las expectativas de nadie, confiamos en que nos hemos rodeado de personas que ponen el amor en lo que hacen, porque nos quieren. Actuamos entre cómplices.
de tu relato se desprende que no somos personas conformistas. Cualquiera puede ver la luna desde su terraza, mientras de fondo se escucha como sintonía el pitar de sirenas, los tubos de escape, decibelios descarados en estas ventanas abiertas por el calor... en vez de caminar alumbrados por ELLA escuchando las chicharras, oliendo a jaras y con un techo de estrellas.
Creo que estas diciendo que este grupo de soñadores también somos "gente de paz".
La poesía de tu primer párrafo es más que una descripción de lo que vivimos juntos, de lo que compartimos en la noche. Abandonados y confiados "somos lo que seguimos siendo" y no necesitábamos más que los unos a los otros.
Cuando te refieres a la desconfianza del "bulldog" creo que tratas de incidir en como el desconocimiento le empujó a salir a la defensiva con las armas de que disponía, pero los extraños seres hicieron del diálogo su estrategia: enfrentamiento abortado por la razón, el diálogo, la santa palabra, por encima de otros litigios.
Al final, misión cumplida. Esfuerzo, tesón, confianza, esperanza y recompensa. Tan variopinta sorpresa aparecía ante nuestra vista por el generoso resplandor de "la señora" que no nos defraudó.
Nosotros, tal como tu expresas, dimos vida a aquellas edificaciones. Los románticos éramos nosotros poblando aquellos recintos solitarios.
Todavía rio con la forma en que cuentas la aparición de los guardeses en nuestra escena: un momento mágico , en un lugar mágico.
¿Los gladiolos? Una ofrenda a la persona que ha sido capaz de hacernos revivir con su capacidad narrativa, su sensibilidad,, frescura, sencillez, espontaneidad, dominio del léxico...una vivencia colmada de sorpresas y recompensas.
Gracias Antonia, amiga. No te pares
¡ Qué gusto leerte!
Si te interesa saber si descubrimos qué es lo que intentas transmitir, mi opinión es , en primer lugar, que si te pones a escribir con responsabilidad eso implica el respeto que nos tienes.
Si crees que merecemos tu reflexión de horas tenemos que considerarlo como una deferencia que conmueve.
en la primera parte, la luna es considerada como algo distante e inaccesible, algo que sólo los privilegiados pueden disfrutar, pero tú proclamas que la luna es nuestra, de los sencillos.
A veces consideramos que ALGO es privativo de un sector de la sociedad, pero hay múltiples maneras de gozar de la vida, el secreto radica en la actitud, la pasión , el entusiasmo...
Creo que quieres transmitirnos que las satisfacciones están a nuestro alcance y salir a su encuentro es una forma de pasar por este mundo.
Parafraseando: "Si la ilusión es con nosotros, quién contra nosotros". Las cosas están más a nuestro alcance de lo que creemos. La mayoría de las veces es el miedo quien nos pone vallas, cancillas, techos...
Nos llamas "soñadores". Tenemos un vínculo, una afinidad que tiraba de nosotros hacía ese enclave, hay una confianza en que la oferta puede valer la pena y esa confianza está basada en que creemos que lo que nos ofrecen ha sido intelectualmente parido con toda la intención de no defraudar las expectativas de nadie, confiamos en que nos hemos rodeado de personas que ponen el amor en lo que hacen, porque nos quieren. Actuamos entre cómplices.
de tu relato se desprende que no somos personas conformistas. Cualquiera puede ver la luna desde su terraza, mientras de fondo se escucha como sintonía el pitar de sirenas, los tubos de escape, decibelios descarados en estas ventanas abiertas por el calor... en vez de caminar alumbrados por ELLA escuchando las chicharras, oliendo a jaras y con un techo de estrellas.
Creo que estas diciendo que este grupo de soñadores también somos "gente de paz".
La poesía de tu primer párrafo es más que una descripción de lo que vivimos juntos, de lo que compartimos en la noche. Abandonados y confiados "somos lo que seguimos siendo" y no necesitábamos más que los unos a los otros.
Cuando te refieres a la desconfianza del "bulldog" creo que tratas de incidir en como el desconocimiento le empujó a salir a la defensiva con las armas de que disponía, pero los extraños seres hicieron del diálogo su estrategia: enfrentamiento abortado por la razón, el diálogo, la santa palabra, por encima de otros litigios.
Al final, misión cumplida. Esfuerzo, tesón, confianza, esperanza y recompensa. Tan variopinta sorpresa aparecía ante nuestra vista por el generoso resplandor de "la señora" que no nos defraudó.
Nosotros, tal como tu expresas, dimos vida a aquellas edificaciones. Los románticos éramos nosotros poblando aquellos recintos solitarios.
Todavía rio con la forma en que cuentas la aparición de los guardeses en nuestra escena: un momento mágico , en un lugar mágico.
¿Los gladiolos? Una ofrenda a la persona que ha sido capaz de hacernos revivir con su capacidad narrativa, su sensibilidad,, frescura, sencillez, espontaneidad, dominio del léxico...una vivencia colmada de sorpresas y recompensas.
Gracias Antonia, amiga. No te pares
¡ Qué gusto leerte!
Choni Rubio
Soñar con la luna, soñar con la luna, estar en la luna? qué más da
ResponderEliminar
ResponderEliminarSiempre he estado fascinada por el poder de la luna y sus efectos en nuestro campo emocional pues esta hermosa luminaria, vestida de plateado, tiene la llave para entrar en nuestro más profundo yo. Nos muestra nuestras reacciones, inseguridades¸ seguridades, sentimientos y sobre todo el poder de las sombras que se mueven hacía nosotros y nos envuelven con sus silencios dejándonos quietos y nerviosos. Pero su influencia puede ser más débil o más fuerte de acuerdo con el momento y su entorno.
Una experiencia maravillosa e inolvidable según los relatos, me ha encantado…!
Te esperamos con otro momento mágico Antonia.
Carlota Brotas