martes, 23 de febrero de 2021

VILLAVIEJAS DEL TAMUJA

 

                                              Yacimiento arqueológico de Villasviejas del Tamuja

Nuestros antepasados llevaron las costumbres, gastronomía y religión por todo el mundo, e incluso hubo una época de nuestra historia en la que se decía que en España no se ponía el sol.

He tenido la ocasión de comprobar como la huella de España está presente por todo el mundo, conocida y respetada por la gran historia que nos precede.

Para ello los protagonistas de tan impresionante hazaña fueron muchos extremeños que abandonaron sus propiedades y familia, trayendo a España numerosos tesoros, tan importantes como los que dejaron allí.

Resulta insólito que Extremadura, sus costumbres y su historia sean desconocidas por los mismos extremeños. Numerosos intereses políticos y comerciales se han encargado de construir una leyenda negra en torno a lo que aquellos grandes hombres hicieron.



Los alumnos recorren el yacimiento

Pero con el paso del tiempo todo cambia, ahora a muchos extremeños nos ha llegado la ilusión de conocer cómo éramos y cómo vivíamos en otros tiempos, tan lejanos, que es necesario para ello rascar la tierra, escalar sus piedras y escuchar los sonidos que transmite el viento a través de los huecos de sus antiguas cuevas.

De ello se está encargando la Asociación Cultural Amigos del Parque Arqueológico y Natural El Rebellao y muy especialmente el profesor de arqueología D. Víctor Gibello, que con gran ilusión acompaña a sus alumnos y socios a los numerosos yacimientos que tenemos en Extremadura.

                                            Visita de los alumnos y socios al yacimiento

El importante yacimiento de Villasviejas del Tamuja o Tamusia, próximo al pequeño poblado de Botija, provincia de Cáceres, es un castro celta de la II Edad del Hierro. Abarca desde el 400 a.C. hasta el I a.C. donde se puede estudiar las costumbres y forma de vida de aquellos antepasados nuestros. Asentado sobre la loma de una montaña, el castro se encuentra rodeado de murallas y donde la hondonada del río Tamuja a su espalda hacía las veces de foso, protegían a la población y sus ganados, tanto de animales salvajes como de posibles enemigos.



 Río Tamuja 

Imprescindibles en aquella época fue la riqueza minera de esta zona, que propició la explotación de los yacimientos de plomo argentíferos en la comarca, llegando hasta la época romana por su proximidad a la cercana Norba Caesarina –actual Cáceres- fundada en el último tercio del siglo I a.C. Tan preciado metal servía para cubrir la madera de las flechas e incluso es posible que existiera una ceca para la acuñación de monedas para el Imperio.



                                                    Dehesa extremeña y sus verdes prados

Aquel paisaje idílico, poblado de hermosas encinas y verdes pastos, sigue causando admiración al que lo visita. Todo ello de fácil acceso, resulta recomendable y, eso sí, conservar y propagar nuestro hermoso patrimonio cultural, tal y como lo hicieron aquellos antepasados por todo el mundo.

 

 

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