No
me voy a poner a valorar aquí la reciente idea del ayuntamiento de
Tarrasa de una campaña publicitaria para concienciar, prohibir o
regular la ocupación en los asientos públicos a las piernas
abiertas llenando un espacio innecesario. Allá ellos se gasten su
dinero en la chorrada que les parezca. Esto es más cuestión de
educación, que ha de venir desde el momento en que empezamos a andar
y a sentarnos en la mesa con los adultos. Mas, en esta reflexión se
me viene a la mente otras posturas mucho más ofensivas que ocurren
cuando el transporte público está a tope y algún personaje
incordiante ocupa tu espacio vital con demasiada mala intención. En
otros tiempo, un disimulado codazo alejaba las obscenas intenciones
del individuo. Pero como yo quería hablar de posturas y postureos me
viene a la memoria otras más que me fueron enseñadas desde muy
pequeña y que he intentado al menos transmitir a los míos. Como es
en la iglesia no cruzar las piernas ni volver la mirada para
controlar lo que tienes detrás; dejar paso preferente a personas por
edad o inferioridad física en los lugares público, dígase calles,
cines, teatros, o dejar salir antes de entrar, esto sin soltar la
puerta y estampar la nariz al contrario, etc. Pero es que se esto
estudiaba también en el bachillerato de mi época, ese que ahora le
da grima a muchos y que parece que era machista. Pues de aquellos
polvos vienen estos lodos y nunca mejor dicho.
El fotógrafo de Badajoz Juanma Zarzo, en postura francamente imposible
Y
para dejar un mejor gusto de boca y como yo sigo distinguiendo en que
hay hombres y mujeres, elegantes y con buen gusto, me quedo con un
postureo que seguro recuerdan todos: el cruce de piernas de Sharon
Store y con Richard Gere con una rosa en la mano. Sí, lo reconozco. Soy
muy antigua.
Publicado en el HOY del 13-06-17
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