domingo, 1 de marzo de 2015

Poemas para un torero


POEMAS PARA UN TORERO

El poeta Fernando Garduño Maya dedica dos poemas al torero Israel Lancho, antes de su salida para la temporada de invierno a Perú.

*Por Antonia Marcelo (2 de Junio de 2014)

Con gran expectación por parte del público asistente, en la sede que la Sociedad Casino de Badajoz tiene en la C/ Ramón Albarrán nº 14, tuvo lugar el pasado 21 de noviembre de 2014, una jornada de poemas con olor a albero. Fue con motivo de los recitales de los Poetas del Jueves, que reúne a escritores, pintores, fotógrafos y a cuantos se consideren artistas en cualquier de las ramas de las arte.




                                                  El poeta Fernando Garduño Maya  y el torero Israel Lancho

El poeta Fernando Garduño Maya, nacido en Segura de León (Badajoz), de reconocido prestigio y miembro de diversas asociaciones culturales, tuvo la gentileza de invitar al recital a su buen amigo y torero Israel Lancho, a quien dedicó, con cariño y emocionada voz, unos sentidos poemas. Israel estuvo amable con todo el público que asistió al recital y no dejó de fotografiarse con cuantos quisieron plasmar un recuerdo con el. Sin dudarlo, además de torero valiente, es un joven elegante y simpático. A los pocos días se marcharía a Perú para hacer su temporada de invierno donde deseamos tenga grandes éxitos.


                                                          El torero Israel Lancho y Antonia Marcelo durante el recital

Es conocido que el torero extremeño sufrió el 27 de Mayo de 2009 una grave cogida con entrada y salida en el hemitorax izquierdo, de la que tardaría tres meses en recuperarse. Fue en la plaza de Las Ventas y cuando lidiaba al sexto de la tarde. Las espeluznantes imágenes del diestro colgado del pitón derecho del toro fueron de gran impacto y dieron la vuelta al mundo. Reapareció en Almendralejo con traje de Francis Montesinos gris y azabache el 15 de agosto, apenas mes y medio después. Cortó 4 orejas y un rabo y obtuvo el premio Luis Reina.

Dos de los poemas que Fernando Garduño dedicó al torero son estos.

  I (en Madrid)

La tarde impresiona sobre el albero sus claveles,

dilapida sus luces el sol en los bordados;

en el brocal del pozo húmedo de sangre

el sexto toro de Palha se envalentona hiriente

y, buscando en el aire el corazón del hombre,

hiende en el pecho el astifino puñal de su bravura

pero encuentra la hechura de junco del torero

y la gesta impresionante de las gloriosas tardes.

Cuando Israel Lancho se vio morir

aún era primavera en los balcones.

II (en Almendralejo)

Hornea la tahona de la tarde bocados de grandeza

y, en la cepa de los viñedos, estercola el duende del barro

que tintará los gratos matices del vino de esta plaza

a donde viene Israel Lancho a cerrar heridas,

por donde camina con paso firme y vestido de gris azabache.

 

                 




   *Antonia Marcelo García

   
 

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