Dios creó al
hombre de un muñeco de barro.
Tal vez toque
de nuevo, volver a inventarlo.
Playa vestida
de seda
cuando el
ombligo del sol serpentea.
Mientras; el
mar se acerca,
la espuma
teje sus festones y
consuma su
cópula sobre la arena.
Solo una nube
de polvo
pone en
marcha el mundo;
una mano, un
soplo, un suspiro
para crear el
ser humano
lo más
perfecto del universo.
Sirenas
custodian risas y jadeos
puntas de
flechas lanzan vientos
huellas
salvajes en dunas de besos,
cuando un
horizonte de sol
engulle
fuego.
Mientras en
sus juegos los niños
trazan barcos
que navegan,
pintan
cometas en el cielo y
de barro,
construyen un muñeco
...y puede
que mañana
los dioses
siembren los campos
con plumas
del paraíso.